Estoy actualizando el sitio web, pronto tendré más contenido de mis proyectos. (Febrero 24,2025)


El mundo ha partido, 2022

 

Este invernadero está diseñado para cultivar plantas de pensamiento, mediante un sistema que funciona con un microcontrolador con tecnología de telefonía móvil (Adafruit Fona Shield + Arduino UNO), monitoreando las necesidades de riego y activando una lámpara de cultivo, así como una bomba de riego que mantienen vivas las plantas, siempre que reciba mensajes SMS a un número telefónico que es parte del microcontrolador. 

  Cuando la pieza está en exhibición, se invita a los asistentes a escribir para las plantas a través de SMS, mantener atención en ellas. Mientras el sistema reciba periódicamente SMS, un pensamiento se mantiene vivo. El mundo ha partido, es una invitación al otro a que, ahí donde no hay suelo, donde el jardín se vuelve un espacio de contacto con otros seres tierra, se generen (quizá) relaciones, intentos de comunicación que, aunque no tengan respuesta aparente, nunca son algo fútil.

Cuando acontece el paisaje, 2022

 

Comencé este proyecto con una idea: explorar la

posibilidad del cultivo en interiores como práctica fotográfica expandida, a partir de lo equiparable con la cámara oscura, el uso de la luz y su fijación, la imagen-movimiento, el encuadre, así como la referencia al género del paisaje. 

  Como paisajes, son resultado del vagabundeo y la recolección de plantas cerca del espacio de exhibición, mientras que tenía la vista puesta en plantas consideradas malezas, esas no deseadas, de pronto consideradas plagas, desatendidas, sin ningún valor simbólico aparente que nos haga voltear a verlas, pero que fueron formando mi experiencia paisajística de ese lugar. 

  Lo que cargan consigo en tanto cultivo de interior, permite tener una relación más íntima, una relación de cuidado con la imagen, porque esta depende de la procuración de quien la dispone, así como de quien acude a ella. Sin duda todos tenemos una relación afectiva con alguna imagen fotográfica que nos es importante, pero si hay una provocación en el conjunto de imágenes que propongo, es quizá exceder esa relación afectiva que se puede tener a una imagen fotográfica.

 

 

Jardín, 2019

 

Los dispositivos jomii de Arturo Cerda están programados para responder a las necesidades de riego y exposición de luz de un helecho común. Cada uno cuenta con sensores para medir la humedad de la tierra y la luz ambiental de manera que, en caso de no recibir la cantidad d riego y luz necesaria, los helechos virtuales “morirán”.

 

La obra detona preguntas alrededor de lo que entendemos como un ser vivo y su ecosistema, además de señalar la paradoja de crear una tecnología al servicio de la naturaleza en lugar de experimentar con sujetos vivos. Diseñados para enseñar a cuidar las plantas, los dispositivos redimensionan nuestros hábitos de consumo de la naturaleza y apuntan a imaginar posibilidades para las especies frente a su gradual extinción. 

 

Texto de Alan Sierra

3 Bienal Nacional del Paisaje

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